domingo, 4 de diciembre de 2011

EL PLACAJE


EL PLACAJE
El placaje, según las normas de la IRB, es la forma legal de derribar al portador del balón y tener opciones de recuperar la posesión, representa, más allá de esta definición y en palabras de uno de vuestros entrenadores, un “estado mental” que nos exige superar problemas afectivos relativos al contacto con el otro jugador y con el suelo. Forma parte de la esencia del Rugby y el que no le guste placar debe buscar otro deporte.

La ejecución correcta del placaje se orienta siempre a la seguridad tanto del placador como del placado durante el contacto, seguridad que implica:

  • -        Placar siempre por debajo de los hombros.
  • -        Mantener los ojos abiertos durante el placaje.
  • -        Colocar la cabeza a un lado del placado.
  • -        Mantener la espalda recta.
  • -        Girarse para caer encima del placado.

Se consideran tres fases referentes al placador, en la primera, o fase inicial, nos aproximamos al atacante. Hay que tener en cuenta que el ritmo de nuestra aproximación no debe ser uniforme:

  • -        El ritmo inicial debe ser lo más rápido posible (y todos a la vez, tres cuartos, el que no sube con su apertura está dejando huecos en la defensa) con objeto de llegar al contrario estático o cuando está empezando a correr con el balón y en cualquier caso sin que haya alcanzado la línea de ventaja.
  • -        Cuando estamos cerca del portador del balón, desaceleramos para acomodar nuestra carrera a la del atacante. Si vamos demasiado rápido, es fácil que nos haga una finta y nos deje atrás.
  • -        Si ya tenemos la seguridad del contacto, volvemos a acelerar para derribar al contrario.

En la segunda fase, la principal, materializamos el contacto. Aquí debemos tener en cuenta varias cuestiones.

  • -        El placaje debe dirigirse a la altura de la cintura al ser la parte “blanda” del cuerpo y la que menos se mueve cuando el jugador está en carrera. Para ello es importante fijar la mirada en esta parte y no en las piernas o la cabeza del contrario.
  • -        Al contrario se le frena con el hombro, no con el brazo (el que intenta placar con el brazo al final solo consigue “acariciar” al atacante), para ello buscamos una posición estable que nos permita oponer el propio cuerpo desplazándolo hacia el atacante, alineando nuestro hombro exterior con el hombro interior del defensor (no nos colocamos enfrente). Esto último debe hacernos reflexionar; cuando corremos de lado con el balón, facilitamos el placaje del defensa.
  • -        Abrazar con fuerza y  con los dos brazos al portador del balón mientras se le derriba.
  • -        Colocar la cabeza en la parte posterior del cuerpo.

En la fase final caemos girándonos encima del placado. Esta fase es la de recuperación del balón por lo que el placador debe levantarse antes que el placado para conseguir el objetivo final de un buen placaje, recuperar la posesión del balón.

Por último, en el placaje de espaldas, debemos intentar dar el último apoyo lo más cerca posible del adversario como en el placaje de frente o de lado y no cometer el error de perder el contacto con el suelo demasiado pronto.




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