Después de bastantes partidos en los que hemos disfrutado del espectáculo y con los que nos hemos divertido mucho, ayer vimos la cruz de la
moneda.
El de ayer fue un partido en el que todos nos habríamos
sentido muy satisfechos de haber visto a nuestros jugadores pelear y dejarse la
piel en el campo independientemente del resultado, como no paramos de repetir
siempre.
Sin embargo lo que vimos fue bien distinto, vimos un equipo
que no quiso saber nada del partido prácticamente desde el primer momento.
Vimos como renunciamos a placar a los rivales que pudieron
jugar a placer llevándonos de aquí para allá como auténticas marionetas.
Vimos y debo confesar que esto me avergüenza, como los golpes normales de
cualquier partido se convirtieron en excusas para querer salir del campo
renunciado a seguir peleando. Vimos mucho miedo de un rival al que
jugando como realmente sabemos, es perfectamente asequible. Vimos en resumidas cuentas
muchas cosas que no nos gustaron y lo que es peor que no entendemos porque
se han producido.
Creo es nuestra obligación tratar de poner remedio exigiendo
a aquellos que de verdad quieran jugar, lo demuestren no sólo bajando a
entrenar pues esto es ya inexcusable, sino también en cada minuto de partido a
través de las acciones que se esperan de jugadores de vuestro nivel. Los que no
estén dispuestos a dejarse la piel luchando y peleando en el campo, deberán
pensar si realmente el rugby es su deporte.
Para mi fue muy aleccionador ver como después de perder de
paliza y la mitad del equipo aparentemente lesionada, os ofrecieron un tiempo
adicional y, de repente, todos estabais frescos para seguir corriendo 20 minutos más.
Esta crónica no da para más. Espero que todo el equipo, entrenadores
incluídos, saquemos las conclusiones oportunas.
Un abrazo a a todos
No hay comentarios:
Publicar un comentario